La aventura cotidiana de un técnico itinerante de BBM

Entrevista a Dario Baldaccini: los secretos del trabajo de un técnico senior

Dario Baldaccini trabaja en BBM como técnico itinerante desde hace más de diez años. Cuando lo entrevistamos, se encontraba de viaje hacia una nueva misión en Tanzania y quiso compartir con nosotros parte de su aventura profesional en BBM.

Dario comenzó su trayectoria con una formación técnica como perito electricista, siguiendo una pasión natural por los trabajos manuales y técnicos. Posteriormente, completó cursos de especialización para ampliar sus competencias en los sectores mecánico y eléctrico, impulsado por el deseo de crecer profesionalmente. Así, cuando se presentó la oportunidad de unirse a BBM, la aprovechó, lo que le permitió transformar su pasión en una carrera como Técnico Itinerante.

Hoy, Dario trabaja en maquinaria y líneas de embotellado en Italia y en el extranjero, ocupándose de mantenimiento ordinario y extraordinario, instalaciones, relocalizaciones, modificaciones mecánicas y eléctricas, y creación de nuevos formatos en empaquetadoras retráctiles, cartonadoras y bandejadoras. Experto en detección de fallas y resolución de problemas complejos, garantiza la continuidad productiva y la seguridad de las máquinas. También se encarga de la preparación de repuestos, auditorías de inspección, cableado eléctrico y coordinación de los trabajos. Posee numerosos certificados profesionales, incluyendo primeros auxilios, seguridad laboral, uso de carretillas elevadoras y plataformas aéreas, trabajos en altura y operaciones en cuadros eléctricos bajo tensión.

A pesar del ritmo intenso, Dario siempre encuentra tiempo para recuperar energía y mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. En sus días libres, le gusta dedicarse a sus pasiones, como el saxofón, que le permiten recargar energías y afrontar mejor los desafíos posteriores.

Dario, ¿cómo te acercaste a la profesión de técnico?

Me acerqué a este oficio casi por casualidad, aunque siempre he tenido una pasión por los trabajos técnicos y manuales. Asistí a un instituto técnico, convencido de que me permitiría encontrar un trabajo acorde con mis inclinaciones. Después de estudiar, comencé a trabajar en una empresa que producía maquinaria para pruebas de polímeros, donde también comencé a hacer misiones. Sin embargo, buscaba una experiencia más gratificante, así que llegué a BBM, inicialmente sin conocer en detalle las actividades de la empresa.

Dario, la vida de un técnico es completamente diferente a la de un empleado de oficina. ¿Cómo es tu rutina diaria en cuanto a lugar de trabajo y duración de las misiones, si aún podemos hablar de “rutina” en tu caso?

En Europa, una misión suele durar entre 5 y 12 días, seguida de un fin de semana libre. Fuera de Europa, el ritmo habitual es de 15 a 20 días. Así que sí, en cierto sentido tengo una rutina diaria, y al mismo tiempo no, porque nunca sé con certeza cuándo y dónde seré enviado a continuación. Actualmente paso la mayor parte del tiempo con clientes europeos, pero en teoría puedo ser enviado a cualquier parte del mundo. Las misiones se asignan según el área de especialización y la experiencia práctica de los técnicos. En mi caso, me envían donde se requiere mi experiencia en empaquetadoras, cartonadoras y retráctiles. Esto también me ha llevado a destinos muy lejanos, como México, Colombia, Angola, Malí y varias partes de Europa.

¿Viajas a menudo solo o con otros colegas, técnicos de BBM?

Viajo a menudo solo, especialmente al inicio de la misión. Sin embargo, también hay casos en los que trabajo con un equipo de colegas, que nunca es fijo y varía según el tipo de intervención. A veces algunos técnicos ya están presentes en la obra cuando llego, otros nos alcanzan durante el proyecto. A pesar de la variedad del grupo, siempre se crea un excelente ambiente de equipo: hay colaboración, constante intercambio y un fuerte espíritu de apoyo mutuo.

¿Qué es lo que más te entusiasma de tu trabajo?

Lo que más me motiva es la posibilidad de aprender constantemente. No tener un rol único, sino trabajar en varios frentes, hace que cada día sea diferente y muy interesante. Además, poder viajar y descubrir nuevos lugares y culturas añade un valor único a mi trabajo. Siempre existe la oportunidad de conocer el país en el que se trabaja, especialmente durante misiones más largas, como en el caso del arranque de una línea. Durante estos periodos es posible explorar regiones interesantes o hacer excursiones los fines de semana. Claro, no todos los lugares ofrecen atracciones cercanas, y algunos países no son especialmente turísticos. Pero hay algo seguro: gracias al trabajo, he tenido la oportunidad de visitar muchos lugares poco comunes.  

¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado?

Cada intervención representa un desafío, tanto a nivel técnico como personal. Incluso actividades aparentemente simples pueden volverse complejas en contextos particulares, por ejemplo, en lugares donde no es fácil conseguir un repuesto o componente. En diez años de experiencia, he enfrentado numerosas situaciones exigentes, cada una con sus particularidades.

¿Qué herramientas o competencias son indispensables en tu trabajo?

Creo que la curiosidad y las ganas de aprender son fundamentales. También se necesita una buena dosis de fuerza de voluntad, porque el trabajo implica algunos sacrificios en la vida personal. Ser adaptable y tener una mentalidad abierta son cualidades esenciales, tanto para resolver problemas técnicos como para gestionar las relaciones humanas con clientes y colegas.

¿Tienes alguna rutina o ritual que sigues antes de salir de misión?

Antes de cada misión, reviso varias veces que tengo todo lo necesario, tanto para la parte personal como para la laboral. Es un momento de preparación importante, que me ayuda a afrontar mejor el viaje y la intervención… ¡y a recordar sacar al gato de la maleta!

¿Cómo te preparas antes de salir en una misión internacional?

La preparación depende del lugar de la misión. Por lo general, me informo sobre el clima y las costumbres locales, para poder afrontar el viaje con mayor conciencia y respeto por las diferencias culturales.

¿Cuál fue tu primera impresión al llegar a un lugar lejano?

La primera impresión varía mucho de un lugar a otro. En algunos casos es inmediatamente positiva, en otros toma un momento adaptarse. Sin embargo, en cada situación siempre existe la curiosidad de descubrir el nuevo contexto.

¿Qué emociones o sensaciones te quedan al finalizar un viaje de trabajo?

Al final de una misión, predominan las sensaciones positivas: la satisfacción de haber completado el trabajo, de haber aprendido algo nuevo y de haber conocido personas interesantes. Siempre hay una gran alegría al volver a casa, porque, como se sabe, hogar es hogar.  

El día típico de un técnico de BBM es una mezcla de competencia técnica, resolución de problemas y descubrimiento, donde cada intervención representa una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Para Dario, al igual que para todos los técnicos de BBM, el trabajo no es solo mantenimiento e instalación, sino un camino profesional lleno de experiencias, encuentros y aventuras diarias.